¿Existe la felicidad eterna?

Más allá del dolor, mucho más allá del dolor, existe la felicidad. El dolor humano por muy grave que sea, tiene un límite amigos. Al Ego le parece aburrida la existencia cuando no tiene lo que quiere. Sin embargo, ¿cuándo es que el Ego está satisfecho? El Ego es deseo, y el deseo a la larga se convierte en frustración, en cansancio, en hastío, y la vida se torna entonces aburridora.

¿Con qué derecho, pues, se atreve el Ego a hablar contra el aburrimiento, cuando él mismo, en el fondo, se convierte en tedio, en amargura, en desilusión, en desencanto, en frustración, en aburrimiento? Si el Ego no sabe lo que es plenitud, ¿cómo podría lanzar conceptos sobre la misma? Incuestionablemente, muerto el Ego, reducido a cenizas, lo único que queda en nosotros es la Esencia, la belleza, y de ésta última deviene la felicidad, el amor, la plenitud.

Lo que sucede es que los amantes del deseo, los que

quieren satisfacciones pasionales, la gente superficial, piensan equivocadamente; suponen que sin el Ego la vida sería terriblemente aburridora. Si esas gentes no tuvieran Ego, pensarían en forma diferente, serían felices, y entonces exclamarían: “¡La vida del Ego es espantosamente aburridora!”. ¿Creéis acaso, amigos, que es muy delicioso retornar incesantemente a este valle de amarguras, para llorar y sufrir continuamente?

¡Es necesario eliminar el Ego para libertarnos de la Rueda del Samsara!
Todos los seres humanos están amargados con la mente. Vean ustedes, cuan necios son aquéllos que hacen propaganda “mentalista”, aquéllos que prometen “poderes mentales”, que le enseñan a otros a “dominar” mentes ajenas, etc., etc., etc. La mente no ha hecho feliz a nadie. La verdadera felicidad está mucho más allá de la mente. Uno no puede llegar a conocer la felicidad hasta tanto no se independice de la mente.

No negamos el poder creador de la mente, es claro que todo lo que existe es mente condensada. Pero, ¿qué ganamos con eso? ¿Acaso nos ha dado la felicidad?

Podemos nosotros hacer maravillas con la mente, crearnos muchas cosas en la vida (los grandes inventos son mente condensada), pero ese tipo de creaciones, ¿nos hará felices? Lo que necesitamos es independizarnos, salir de ese calabozo de la materia porque la mente es materia. Hay que salirse de la materia, vivir en función de Espíritus, como seres, como criaturas felices más allá de la materia. La materia siempre es grosera; aunque asume hermosas figuras, es dolorosa siempre.

Sí…, nosotros lo que buscamos es la felicidad, pero la auténtica felicidad no la encontraremos en la materia sino en el Espíritu.

Necesitamos liberarnos de la mente. La verdadera felicidad viene a nosotros cuando nos salimos del calabozo de la mente, eso es lo cierto.

No negamos que la mente pueda ser la creadora de las cosas, crea inventos, maravillas, prodigios, pero ¿acaso esto nos da la felicidad? ¿Cuál de nosotros es feliz? Si alguno de ustedes es feliz, pues que levante el dedo; a ver, yo quisiera conocerlo.
Nosotros estamos aquí porque buscamos el verdadero camino que ha de conducirnos a la felicidad. Si la mente no nos ha dado la felicidad, tenemos que saber cómo evadirnos de la mente, y ese es el objeto de nuestras prácticas y estudios.