¿CÓMO PUEDO VOLVER A MI SER?

Así como se encuentra la humanidad actual no sirve para encarnar la Mónada, el Ser. No es posible que pueda encarnarse la Mónada Divina en el Cuerpo Físico tal como nace y en las condiciones actuales.

Solo preparando el Cuerpo Físico mediante el trabajo en la 9ª Esfera se hace posible encarnar la Mónada Divina y las distintas partes del Ser.

La 9ª Esfera es el Sexo; realmente la Energía Sexual es la única que puede transformar el Cuerpo Físico para que pueda encarnarse la Mónada Divina.

Mediante la Energía Creadora (Sexual), de Shiva o Espíritu Santo, es posible, realmente, convertir el Cuerpo Físico en el Templo de la Verdad.

La Esencia, por sí misma, dentro de cada uno de nosotros, jamás podría realizar toda la Gran Obra. Es necesario que los Regidores, esto es, las diversas partes Auto-Conscientes e Independientes de nuestro propio Ser trabajen intensivamente en la Gran Obra.

Sólo así, trabajando todas las partes del Ser, podemos llegar a la Auto-Realización Intima. La parte superior del Ser debe ayudar intensivamente al hombre, porque si no lo auxilia, éste último fracasa, y si el hombre fracasa, la parte superior del Ser o las partes superiores también fracasan.

Necesitamos ser ayudados por la parte superior del Ser. Si él no nos ayudara fracasaríamos, y si nosotros fracasamos, él también fracasa.

Todas las partes Autónomas y Auto-Conscientes del Ser deben trabajar en la Auto-Realización.

La Luz debe llevar todos los Poderes de cada uno de nos fuera del Caos.

El Mercurio y el Azufre son los elementos de la Gran Obra. Sólo mediante el Mercurio y el Azufre puede Pistis Sophia reconquistar sus Poderes. Resplandece el Iniciado personalmente con los Poderes que divinizan. Los Poderes cuya Luz habían perdido, son precisamente las 49 partes Autónomas y Auto-Conscientes de nuestro propio Ser.
Todas y cada una de las partes Autónomas y Auto-Conscientes de nuestro propio Ser son precisamente los Poderes Cósmicos de Pistis Sophia. Cada Poder está personificado por ésta o aquella parte Auto-Consciente de nuestro propio Ser.

Resulta absurdo codiciar Poderes Psíquicos, quienes así proceden, se convierten en “Adeptos de la Mano Izquierda”. Mejor es Aniquilar el Ego para establecer correctas relaciones con los Poderes que divinizan. Los Poderes que divinizan, los Poderes del Adepto, son los 49 Fuegos; los 49 Fuegos son, en verdad, 49 partes Independientes y Auto-Conscientes de nuestro Real Ser.

Resulta ostensible que el Iniciado, lleno de Pistis Sophia, reconquista en cada una de las 49 partes del Ser la Luz que los agregados psíquicos le han arrebatado.

A través del Cristo, las diversas partes del Ser reciben la Luz. El Rayo de la Luz penetra en el Caos sobre todas las emanaciones o elementos indeseables del Ego. La Luz debe llevar todos los Poderes de cada uno de nos fuera del Caos.

Por “Poderes” se entiende, cada una de las partes Independientes del Ser que descienden al Caos y que sufren. Mediante la Aniquilación Buddhista, el Cristo Intimo libera a la Esencia, a los Poderes, para verterlos en el interior del Iniciado. Así el Cristo derriba todo lo inútil y se dirige luego hacia nuestro Templo Interior. Las emanaciones del Ego no pueden retener el Rayo de Luz dentro de la Oscuridad y el Caos.

Es obvio que aquellas partes del Ser, cuyo Poder les fuera arrebatado por el Ego, se alegran en su corazón cuando la Luz les ha sido devuelta.

Todos los otros Poderes del Ser, que el Ego no puede arrebatarle al Iniciado, se alegran con los logros transcendentales. La Luz se refleja en todas las partes del Ser y llena de Felicidad a todo el conjunto.

La Gran Luz tiene sus Caminos y su Camino Secreto: “Estrecha es la puerta y angosto el Camino que conduce a la Luz y muy pocos son los que lo hallan”. Difícil es el Camino que conduce a la Gran Luz. De lado y lado sólo se ven horrorosos abismos...

Muchos son los que comienzan, raros son los que logran llegar a la meta.

A veces el Camino se pierde entre las arenas del desierto; a veces el Camino queda cortado por algún peligroso abismo; a veces hay que bajar para luego reascender más tarde. Ningún código de moral, ningún precepto de ética sirve en la Difícil Senda.

En esta Senda Difícil haya que hacer siempre un inventario de sí mismo para saber qué le sobre y qué le falta. Hay que eliminar lo que nos sobra, hay que conseguir lo que nos hace falta. A veces una bella máxima o una preciosa Virtud puede servir de obstáculo en el Difícil Camino. “Hay mucha virtud en los malvados, hay mucha maldad en los virtuosos”. (Ver Chokmah). No todo lo que se cree bueno es bueno; no todo lo que se cree que es malo es malo. Hay que conocer lo bueno de lo malo y lo malo de lo bueno y pasar más allá del Bien y del Mal. Necesitamos libertarnos de las Potencias del Bien y del Mal... Hay que empuñar la Espada de la Justicia Cósmica.

La indignación del Ser debe ser contra “ellos”, contra los elementos psíquicos indeseables que llevamos dentro.

La Personalidad interfiere entre el cuerpo y el Ser. La Personalidad sirve de obstáculo para la Iluminación. Obviamente, la Personalidad también debe ser reducida a polvareda cósmica, aniquilada.

La Personalidad nunca es homogénea. La Personalidad tiene muchos trasfondos heterogéneos, subjetivos. La Personalidad es múltiple. En la Personalidad está depositado el Karma.

La Personalidad es Mercurio Seco y Azufre Arsenicado o Venenoso, esto lo saben los trabajadores de la Gran Obra. Destruida la Personalidad y el Ego, toda interferencia subjetiva concluirá, y el Ser resucitará dentro de nosotros para expresarse en toda su plenitud; el Ser resucitado se expresa con Sabiduría, Amor y Poder.

Cuando el Ser sea Integrado y la mezcla horripilante de los diversos elementos psíquicos indeseables que en nuestro interior cargamos haya sido disuelta, caerán los tiranos perversos.

 

 

 

 

 

 

 

Esos tiranos que en nuestro interior llevamos son los factores capitales de nuestros procesos psíquicos abominables.