¿CÓMO PUEDO CONOCER A MI SER?

Ante todo, es necesario llegar uno a conocer su propio Ser, pero conocerlo desde el punto de vista exclusivamente objetivo. Sería imposible poder conocer a nuestro propio Ser Interno desde un punto de vista subjetivo, y eso es obvio.

En Psicología oficial, consideran que “subjetivo” es lo positivo, lo claro lo real, y que “objetivo” es lo secundario. Están equivocados los psicólogos, porque “objetivo” es (en Psicología Real, Revolucionaria), “objetivo” se entiende lo Espiritual, lo Real, lo Verdadero, y “subjetivo” lo incoherente, lo vago, lo impreciso, lo material. Debemos tener pues, en cuenta, estos factores.

Cuando digo que “necesitamos conocer al Ser en forma completamente objetiva”, estoy afirmando una gran verdad, y hay que aprehender eso que estoy afirmando.. Nuestro Ser, en el mundo de las 12 Leyes, está condicionado por las mismas y es representado por el Sol (es el Mundo de 12 Leyes).

También está condicionado por el Mundo de las 24 Leyes (es el Mundo Planetario, el Sistema Solar), o está condicionado por un Mundo de 48 Leyes (es el Mundo Físico) y en la forma más densa, está condicionado por el mundo de las 96 Leyes. De manera que nosotros necesitamos conocer al Ser, no solamente en el Mundo de las 12 Leyes, o de las 24, sino en todos los Mundos, y esto requiere muchos ESFUERZOS; no esfuerzos (dijéramos) indirectos, sino DIRECTOS, CENTRALES.

Nosotros necesitamos, en verdad, Auto-Conocernos (“Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses”), porque sólo conociéndonos a sí mismos, podemos trabajar directamente sobre sí mismos. Si no nos conocemos a sí mismos, ¿cómo trabajaríamos así mismo y sobre sí mismos? ¡Imposible!, ¿verdad? Porque lo que estamos buscando es un cambio, una transformación radical, y esto solamente es posible Auto-Explorándonos, porque así podremos trabajar “directamente” sobre nosotros mismos.

Cuando hablo de “trabajar sobre nosotros mismos”, debe saberse entender. Podríamos convertirnos en imitadores de alguien, pero en este en este caso, no trabajaríamos en forma central, no serían Esfuerzos Centrales los que haríamos, sino unilaterales. Podríamos imitar al jefe de familia, o a la jefa, o algún instructor, pero entonces ese no sería un Esfuerzo Central, Directo.

Cuando surgen ataques contra el Centro Emocional Inferior, se sufre íntegramente; aparecen en nuestro sendero, en nuestro camino, gentes que nos hieren, que clavan el puñal en el centro Emocional Inferior, sentimos que nos torturan el corazón.

Claro, hay tendencia siempre a reaccionar contra aquéllos que en una o en otra forma nos hieren; tenemos esa marcadísima tendencia a la reacción y si reaccionamos, se vigoriza el Centro Emocional Inferior, ¡y eso es gravísimo!...

Sin embargo, esta lucha contra las emociones inferiores tienen ciertas ventajas. Una de ellas es, precisamente, la más importante: es que surge (como resultado del conflicto aquél contra las emociones de las palabras que nos hieren) nuestro SER INDIVIDUAL, producto de la lucha, del esfuerzo.

Este Ser Individual surge ”vigoroso, directo”, a la manifestación, y es obvio que unifica todas nuestras funciones. Nuestros centros, que antes marchaban disparatados, unos contra otros, se integran maravillosamente.

Es mediante esa lucha contra las emociones inferiores, es mediante esos súper esfuerzos objetivos y centrales (no indirectos ni unilaterales), como se consigue en verdad la INDIVIDUALIDAD POTENTE y la INTEGRACIÓN DEL SER.